viernes, 20 de noviembre de 2020

Alfred Hitchcock Presenta - Temporada 3

Argumento: Alfred Hitchcock introduce relatos independientes con unos denominadores comunes: el suspense y el crimen. A su finalización, concluye con un epílogo de tono cínico sobre lo que aconteció posteriormente.

ANÁLISIS DE ALFRED HITCHCOCK PRESENTA – TEMPORADA 3


 

Lo mejor:

Las diversas formas en las que aparece el suspense y el misterio.

La diversidad temática.

Diálogos cuidados.

Creación de una atmósfera inquietante.

 

Lo peor:

Algunos comentarios de Hitchcock carecen de gracia y parecen estar fuera de lugar.

Algunos capítulos tienen cierto mal gusto y resultan morbosos.

El final no siempre logra el impacto deseado.

Capítulos donde hay escenas que no cuadran y no son coherentes (ej; en “La joven” lo lógico es que cerrase la puerta al irse tras empujar a su tía, por lo que su amigo no debería haber podido entrar, o en “La noche de la ejecución” o parece lógico que no conociera al hombre que siempre se inculpaba ni que tampoco hubiera oído hablar de él, o la mujer que olvida el asesinato en “El gato de la señorita Paisley”).

 

Capítulos que tuvieron una versión posterior:

Suficiente cuerda para dos (Bastante cuerda para dos)

El sedán amarillo (El sedán canario)

 


Los pecados:

“El crimen perfecto”: la soberbia: el detective no puede permitir que se sepa que ha fallado en un caso y, además, se adjudica ese “crimen perfecto” que le faltaba en su colección.

“Recompensa al que lo encuentre”: la avaricia, que lleva al conserje a no devolver el dinero encontrado.

“Corazón de oro”: la avaricia y la hipocresía. La madre, que tanto parecía proteger e interesarse por el bienestar del expresidiario, realmente buscaba el dinero del robo.

“Suficiente cuerda para dos”: la traición en el pasado (delatando a su amigo), y la ambición y el rencor, que les lleva a todos a la muerte (cortando la cuerda para que no pueda subir, guardando la llave para que no pueda irse en el coche y muera en el desierto.

“Última petición”: la venganza. Por desprestigiar al fiscal, confiesa unos asesinatos sin saber que le habían exculpado del que era inocente.

“La joven”: la mentira y la manipulación. Una visita desafortunada de su amigo rompe la versión de la joven.

“El implacable”: el chantaje, que se vuelve en s contra cuando las chantajeadas se conocen entre sí.

“La noche de la ejecución”: la ambición. El fiscal golpea en la cabeza y mata al supuesto culpable para que la ejecución se lleve a cabo y poder ascender políticamente.

“El porcentaje”: la soberbia y la vanidad. El millonario no concibe que su amigo no desee vivir con riquezas como él y tener su misma mentalidad. Llega a considerar que su deuda estaba saldada librándole de su esposa mentirosa e infiel.

“Juntos”: la infidelidad: Mata a su amante para que no se entere su rica esposa.

“Sylvia”: la dependencia: El padre ha cometido el error de sobreprotegerla en exceso. La hija está mentalmente perturbada y dispara a su padre porque nunca ha podido tener nada que fuera suyo y dependía de él en todo.

“El móvil”: los celos (por parte del amigo y la soberbia (por parte del asesino que para probar su teoría mata a alguien al azar).

“El equalizador”: celos. Tras el abandono de su esposa, reta a duelo al supuesto amante con intención de que le mate y sea procesado (pues él se presenta al duelo desarmado).

“Corazonada”: la adicción a las apuestas. Después de todo lo que sufre la esposa para pagar la deuda y que no se entere el marido, vuelve a apostar en cuanto su marido se marcha de viaje.

“Invitado a desayunar”: aquí es el asesino la “víctima” del enfrentamiento del matrimonio traicionándose entre sí.

“La casa adecuada”: la codicia: para buscar el botín, el asesino está dispuesto a pagar el elevado precio de la casa.

“Sirena en la niebla”: no tiene pecado en sí, la imprevisibilidad de la niebla es lo que se vuelve en contra de la pareja.

“Vuelo hacia Oriente”: la mentira (al contar lo ocurrido y la avaricia (para conseguir diamantes).

“Un toro en una cacharrería”: la ingenuidad en el detective frente a la psicópata de la ancianita que comete dos asesinatos para verlo.

“Cordero que llevan al matadero”: el despecho de la esposa embarazada a quien su marido va a abandonar por su amante.

 “Truco para desaparecer”: la avaricia que lleva al corredor de apuestas al chantaje, la avaricia de la esposa que le quita el dinero cuando está herido. Al marido también se le puede reprochar el hecho de que finge su muerte y decide matar a la pareja para evitar futuros chantajes, pero resulta muerto.

“Cifras mortales”: la vanidad. Comente los delitos para formar parte de un grupo reducido y sentirse importante.

“Sentencia de muerte”: la cobardía. El protagonista se deja chantajear por su antiguo compañero de orfanato, planea librarse de él poniendo explosivos en el coche, pero, cuando le confiesa la verdad a su esposa, ésta le dice que él no es un asesino. Él mismo acciona él los explosivos y muere, protegiendo también a su esposa.

“Las Navidades”: el rencor. Pese al tiempo que ha transcurrido, vienen lo ocurrido como si fuera algo muy reciente.

“Escucha, escucha”: el no saber escuchar (por parte de la gente y la cobardía (del anciano que intuye que la tercera víctima, su hija, fue asesinada por su esposa). Una asesina resulta impune porque la policía, el periodista y el sacerdote no han prestado atención a la teoría del anciano.

“Post mortem”: la avaricia. El asesino tenía como fin el dinero del seguro y el premio del boleto.

“El neceser de piel de cocodrilo”: los celos (motivo del asesinato), la insistencia de la esposa por recuperar el neceser, que lleva a la detención del cupable.

“Un chapuzón en la subasta” la ambición para ganar la apuesta y la temeridad de lanzarse por la borda.

Lugar seguro: el robo por ambición, que lleva al cajero a matar al jugador para poder robar sus ganancias.

El sedán amarillo: la envidia, que lleva a la espiritista a investigar quién era la mujer francesa.

Asesinato improvisado: la ambición en el asesinato, y la culpa que le lleva a no mirar el cadáver para no ver lo que ha hecho.

El vestidito blanco: infravalorar o despreciar a alguien por su edad.

 


Tramas más originales:

“Profeta por correo”: con el plan del estafador, siempre habrá alguien que se beneficie. También hay una estafa al espectador porque vive la trama desde el punto de vista del amigo del oficinista y cree que lo va a perder todo, ya que era realmente un estafador.

“Última petición”: el acusado que era inocente del crimen que le imputaban, se condena a sí mismo escribiendo na carta con la que quería perjudicar al fiscal tras su ejecución.

“El implacable”: el fontanero empieza siendo demasiado curioso para revelarse como un chantajista. La reunión de las esposas chantajeadas fue un acto de justicia sublime.

“El móvil”: Nos podemos preguntar si se cumplió la teoría del protagonista que mantenía que la policía sólo atrapa a los asesinos si hay un móvil. Realmente había un móvil, pero preparado por el amigo, ya que el criminal mató a alguien contra el que tenía un motivo, pero pensando que era una persona escogida al azar.

“La casa adecuada”: nadie espera que el asesinato del hijo tenga repercusión en el presente con el comprador.

 

El falso protagonista

“El ojo de cristal”: el admirado ventrílocuo de la protagonista, es realmente, el supuesto muñeco. El ventrílocuo era un enano que se hacía pasar por el supuesto muñeco. Provoca un equívoco bastante grotesco

“Profeta por correo”: resulta ser más protagonista el amigo que el oficinista timado.

“El móvil”: quien realmente tenía el plan del asesinato era el amigo del asesino, que había planeado todo, incluidos la víctima, la forma de matarlo y el móvil del asesinato (que no era al azar). 

 

Capítulos que han jugado del equívoco:

“El ojo de cristal”: ¿quién iba a imaginar que el ventrílocuo era el muñeco y el muñeco era un ventrílocuo enano? Y qué cruel resulta pensar que la solterona, por una vez que se enamoró, fue de un muñeco.

“Corazón de oro”: la dulce y entrañable mamá tenía un corazón no de oro, sino de avaricia hacia el oro.

“Testigo silencioso”: el bebé que llora cada vez que veía al profesor no era un testigo señalando al asesino, sino que lloraba cuando veía a cualquier hombre.

“El gato de la señorita Paisley”: desde el punto de vista del espectador (que coincide con el del policía parecía improbable que la anciana hubiera matado al corredor de apuestas, lo hubiera olvidado y se autoinculpase.

“La noche de la ejecución”: el espectador cree que la trama está en que el hombre que va a ser ejecutado es inocente, sin sospechar que realmente sí era culpable y el que se autoinculpaba era un hombre que no estaba en sus cabales.

“El móvil”: el amigo del criminólogo, parecía que iba de farol con la elección de la víctima al azar y tenía todo planeado para quitarse a sus dos competidores de encima.

“Invitado a desayunar” el matrimonio parece reconciliarse después de tanta traición al haberse tenido que defender del asesino.

“El retorno del héroe”: hasta el final no vemos que era el propio protagonista quien había perdido la pierna en combate.

“Sirena en la niebla”: cuando empieza el capítulo parece como si los hechos recordados fueran recientes, sin embargo, habían pasado 50 años.

“Vuelo hacia Oriente”: cuando se ve la escena de lo que está narrando el periodista, damos por hecho que es eso lo que ocurrió, pero sólo es la representación de la mentira que está contando. Después vemos la escena tal y como fue.

“Un toro en una cacharrería”: el detective de homicidios es quien cae en el equívoco de pensar que lo que le había ocurrido a la anciana era muerte natural y, tras descubrir el veneno, lo achaca a un despiste accidental. No se podía pensar que otra de las ancianas había provocado el asesinato para tener allí investigando al detective del que se sentía fascinada. Cuando el detective se traslada al final a la unidad de incendios, las ancianas que quedan prenden fuego a la casa.

“Sentencia de muerte” al oír la explosión pensamos que es el convicto quien ha muerto, pero realmente es el propio protagonista que no ha querido convertirse en un asesino.

“Asesinato improvisado”: cuando encuentran un cuerpo en el río, él da por seguro que es el cadáver que mató y enterró junto al río, y no mira para identificarlo porque da por hecho que es ella,

“El vestidito blanco”: el relato resulta creíble por la gran interpretación del actor. 


 

Finales con justicia cínica:

“Suficiente cuerda para dos”:  la mujer tiene el dinero del robo, pero está en mitad del desierto con un coche sin llave para marcharse.

“Última petición”: no lo ejecutarán por el crimen que no había cometido (lo han indultado por ser inocente), pero lo harán por su confesión de los crímenes que sí había cometido.

“El implacable”: no sólo se hace justicia con la protagonista chantajeada, sino también con todas las mujeres del vecindario que habían sido víctimas del mismo fontanero chantajista.

“Juntos”: cuando por fin, sin ayuda del amigo, el asesino había logrado que la policía le sacase del despacho, llega el amigo tras su juerga y descubre el cadáver.

“La señorita Bracegirdle hace lo que debe”: pese a todos sus esfuerzos para evitar el “qué dirán”, el camarero le devuelve la media (guiño de ojo incluido que ha dejado por descuido en la habitación del muerto. Por poco casi no sale airosa.

“La casa adecuada”: la dueña de la casa le cuenta lo ocurrido al comprador y lo identifica como el asesino después de que se hubiera bebido la limonada envenenada.

 “Cifras mortales”: el suicidio del hombre le lleva a pagar el asesinato de su hermana.

“Post mortem”: el boleto premiado que llevaba la víctima en el traje ha provocado que se desenterrara y le hiciesen la autopsia, por lo que se descubre que murió envenenado (y no de muerte natural).

“El neceser de piel de cocodrilo”: la insistencia por recuperar el neceser, provoca que el asesino identifique el neceser que vio en el coche con las iniciales, sin imaginar que las iniciales eran parte del arreglo y sólo las había visto la víctima y el asesino (al margen del ladrón).

“Un chapuzón en la subasta”: pese a que algunos infortunios temporales parecían favorecerle para ganar la apuesta, el barco remonta el tiempo y el protagonista decide arriesgar su vida tirándose por la borda para que el barco se detenga a rescatarlo; sin embargo, la señora que debía dar la voz de alarma no estaba en sus cabales y acaba ahogado.

“Lugar seguro”: el cajero es despedido y debe entregar la llave del cajón donde ha escondido el dinero porque no informó al banco sobre la reputación del jugador.

“Asesinato improvisado”: después de confesar el crimen, la policía informa al asesino de que el cadáver era de otra persona, cosa que hubiera sabido si lo hubiese mirado en la identificación.

“El vestidito blanco”: el director del teatro no quería ir a casa del actor, intuía el motivo de la invitación, pero sale encantado de la gran interpretación y decide darle un papel al actor.

 

Lo más:

Obsesivo: el amor de la solterona por el ventrílocuo. La terquedad del millonario por recompensar a su amigo por mentir sobre él en la guerra (“El porcentaje”).

Agónico: el profesor ante la amenaza de que el bebé lo identificaba como el asesino.

Impotente: el amigo del oficinista que no podía demostrar que las cartas del supuesto vidente eran de un timador.

Cínico: el detective mejicano cobrando dinero al protagonista y diciendo que si falta dinero lo pondrá de su bolsillo (cuando el dinero de su bolsillo lo ha obtenido de la cartera del protagonista).

Apurado: la hermana del deán intentado no verse implicada en un titular malinterpretado en su estancia nocturna en una habitación equivocada de un hotel francés.

Inteligente:  para averiguar quién es el asesino de su hijo, puso la casa en venta por mucho más de lo que valía, sólo el asesino estaría dispuesto a pagar ese precio sabiendo que en la casa estaba el botín del robo escondido.

A la vista: la pata de cordero que había servido como arma para el asesinato.

Providencial: el billete de lotería premiado estaba en el traje con el que lo habían enterrado.

Significativo: la esposa describe el neceser sin mencionar las iniciales, ya que ella no sabía que las tenía grabadas por el arreglo.

Metepatas: en “Asesinato improvisado” el asesino da por hecho que el cadáver es la mujer a la que ha matado, la identifica sin mirarla y confiesa el crimen, pero el cadáver era de otra persona.

 


Criminales que salen impunes:

“Crimen perfecto”: el gran detective que no será descubierto ni por su crimen ni por su fallo como acusador.

“Profeta por correo”: pese a que ha cogido el dinero de su empresa para arriesgarlo, y pese a que realmente lo estaban estafando, ha salido tan beneficiado que ha podido devolver el dinero sin que notasen su ausencia y, además, se ha vuelto rico.

“El cuerpo diplomático”: aunque no podemos considerar al detective mejicano un criminal en sí, su usura e ineficacia no impedirá que tengan que recurrir una y otra vez a él incluso con el capítulo ya finalizado (donde se da a entender que tendrán que regresar a Méjico para solucionar el nuevo error por la confusión del cadáver).

“El gato de la señorita Paisley”: la anciana no es creíble cuando se inculpa por ser anciana y por haber olvidado lo ocurrido. Pero cuando lo recuerda que verdaderamente sí lo había matado ella, decide no llamar a la policía porque ya han ejecutado a otro por el crimen.

“El móvil”: el criminal impune es el amigo, que ha llevado al protagonista a comentar el asesinato.

“Corazonada”: la esposa sale victoriosa porque logra pagar la deuda, aunque al final vemos que no ha aprendido nada.

“Un toro en una cacharrería”: la ancianita asesina no sale impune, pero logra lo que quiere, salir del brazo del detective cuando la lleva detenida. No lamenta en absoluto sus crímenes, se alegra de que la descubra su admirado detective.

“Cordero que llevan al matadero”: la esposa sale impune, los policías no logran encontrar el arma del crimen que están describiendo a la perfección mientras se la están comiendo (la pata de cordero cocinada).

“Las Navidades”: desconocemos si la muerte de la esposa es accidental o intencionada, pero el marido sí que culpa a su hermana y intenta matarla poniendo una cuerda para que tropiece en la escalera.

Capítulos de infortunios (cuando todo sale mal):

“El cuerpo diplomático”: el robo del coche se va complicando con la desaparición del cadáver de la tía, para finalmente confundir el cadáver con otro.

“Juntos”: todos los esfuerzos por salir del despacho resultan vanos, y, al final, cuando lo saca la policía, llega su amigo tan a tiempo para descubrir el cadáver.

“La señorita Bracegirdle hace lo que debe”: la hermana soltera del reverendo ve como todo se va complicando cuando se queda encerrada en una habitación ajena de un hotel francés por la noche con un cadáver, mientras trata de hacer lo posible para no dañar su buena reputación.

 

Peculiaridades:

“El crimen perfecto”: está rodado como si fuera una única escena en una sola habitación con un diálogo entre dos personajes (salvo algunos recuerdos de los personajes).

“El cuerpo diplomático”: es una pura ironía, muy divertido, donde le tienen que pagar una y otra vez al detective mejicano que suma una incompetencia tras otra y, encima, no se puede contratar a otro por la imposibilidad de explicar todo lo que ha pasado.

“Juntos”: casi toda la trama se desarrolla en un mismo espacio: el despacho de donde quiere salir.

"La señorita Bracegirdle hace lo que debe": hay muy poco diálogo, la trama se mantiene con lo que está pensando la protagonista. Además, casi todo el capítulo se desarrolla en el interior de un mimso espacio: la habitación equivocada del hotel.

“Vuelo hacia Oriente”: existen dos narraciones de una misma escena, pero según la versión de cada narrador se ven dos es

cenas muy distintas. Se desarrolla en el interior de un solo espacio: el avión (excepto las escenas narradas).

“Cordero que llevan al matadero”: la acción se desarrolla en el salón y cocina de la casa.


 

Elementos claves de los capítulos:

1 El ojo de cristal: el ventrílocuo insistía en que no quería recibir visitas ni conceder entrevistas.

2 Profeta por correo: las cartas

3 El crimen perfecto: el hueco vacío.

4 Corazón de oro: la madre.

5 Testigo silencioso: el bebé.

6 Recompensa al que lo encuentre: la billetera

7 Suficiente cuerda para dos: la llave del coche.

8 Última petición: la carta que escribe al periódico.

9 La joven: la luz apagada.

10 El cuerpo diplomático: el cadáver desaparecido de la tía.

11 El implacable: el tiempo que permanece en la casa para luego utilizarlo en sus chantajes.

12 El gato de la señorita Paisley: la frase “la mejor defensa es un buen ataque”,

13 La noche de la ejecución: la autoacusación.

14 El porcentaje: la supuesta deuda

15 Juntos: la llave rota

16 Sylvia: la pistola

17 El móvil: la teoría del móvil y el asesino descubierto.

18 La señorita Bracegirdle hace lo que debe: la media.

19 El ecualizador: el duelo

20 Corazonada: la deuda.

21 Invitado a desayunar: el desconcierto del asesino con el que está jugando el matrimonio.

22 El retorno del héroe: la muleta.

23 La casa adecuada: la limonada.

24 Sirena en la niebla: la niebla

25 Vuelo hacia Oriente: la marca de los cigarros

26 Un toro en una cacharrería: las tazas sin asa.

27 Truco para desaparecer: los gemelos.

28 Cordero que llevan al matadero: la pata de cordero.

29 Cifras mortales: el almanaque.

30 Sentencia de muerte: los explosivos del coche.

31 Las navidades: la cuerda.

32 Escucha, escucha: la teoría del anciano.

33 Post Mortem el boleto premiado.

34 El neceser de piel de cocodrilo: las iniciales en el neceser.

35 Un 

chapuzón en la subasta: la apuesta.

36 Lugar seguro: el cajón del contable

37 El sedán amarillo: la voz dentro del coche.

38 Asesinato improvisado: el cadáver del río.

39 El vestidito blanco: el vestido blanco.

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